Clientes
martes, 28 febrero 2012Es una de las primeras sorpresas en el retorno a Cuba. Doce años después. Rastreando la diferencia, empeñado en verla en cada baldosa, en cada paisano que saluda. En el bar de la escuela el cartel, con la misma precariedad del alojamiento, explica que existen los clientes. Y eso sí que es una novedad. La mesera es lenta, está siempre aburrida, casi hay que explicarle que si te acercas a la barra (a por ¡Fanta!, ¡CocaCola!) es porque realmente tienes intención de comprar. Pero lo mandíbula es empujada por la gravedad cuando veo que un alguien que parece dueño o similar, saca una piernita de lechón asado y la corta en lascas para preparar bocadillos con un pan amarillo y blando (un poco como los de los perritos calientes), lechuga, tomate, cebolla fresca y algunos aditamentos más para vender. Con un esmero inesperado. Sí, algo ha cambiado. Hay clientes. Y hay comida.