Artículos Etiquetados en: „Madrid“

Cervezorama

domingo, 11 marzo 2012

San Andrés, 29. A tiro de piedra. Todas y cada una de ellas fueron objeto de cata memorable. De la nueva madroño de Cibeles, ya se ha dado cuenta. Pero escondida y precaria, se encuentra FM, la cerveza de Fábrica Maravillas a la que solo le da para una etiqueta de cartulina: color hermosísimo y una entrada en boca afrutadísima, de cereza, que deriva hacia el final en un amargo intenso que olvida toda la fruta. De esto hay que repetir.

El retorno de Dani

martes, 22 noviembre 2011

En el Santamaría, la fuga terminó y todo vuelve a su sitio. Dani prepara las copas, aunque uno siente menos autoridad. Además, me dice que no consigue que esa ginebra tan parecida a la Brockmans se la vuelvan a servir.

La coctelería de al lado

sábado, 16 julio 2011

Un hábil truco para recordar que está justo al lado de La Tasquita de Enfrente. Tengo que mirar cómo se llama realmente – Santa María – porque me he quedado con la cuestión de la proximidad. Dani dice tener veinticuatro años, incluye todos los clásicos y su propia colección de autor. Sabe que adoramos los martinis de Fernando del Diego y cuando pedimos uno lo hace como si lo hicieran allí. Eso es un barman. Le digo que me gustan los gintonics de Brockman’s y me sugiere probar NºO. Y acierta. Inicié el recorrido de la autoría llamado «Secreto». Me quedan siete más.

El Joselete

domingo, 3 julio 2011

En uno de los momentos más brillantes de Do the right thing, Spike Lee le pregunta a John Turturro quién es su jugador de baloncesto favorito (Magic Johnson), y quien es su cantante favorito (Michael Jackson) para después recordarle que todos esos son negros y que por qué odia a los negros. Para Turturro, sus héroes no pueden ser negros. La minipizzeria en la que Spike Lee hace el delivery en un barrio que fue italiano y que ya solo es negro e hispano, está repleta de retratos de héroes italianos o, más específicamente, italoamericanos: Frank Sinatra el número uno, por supuesto. ¿De dónde surgió la costumbre de los retratos de artistas que de hecho o supuestamente han visitado un restaurante? Es de esas cosas que cuesta que sean una idea original, sino que se descubren sin querer en varios sitios a la vez. En el caso de la pizzería de Danny Aiello y su primogénito Turturro lo que desata es un orgullo racial, es la reivindicación de una identidad cultural. (más…)

Alcachofas en El Pimiento Verde

jueves, 19 mayo 2011

Juan Carlos y yo hacíamos cábalas: ¿cómo consiguen el interior tierno, como mantequilla, y  las hojas externas levemente tostadas, con suficiente rigidez para que crujan y contrasten con el corazón? La grandeza es la pérdida de la amargura intensa, el hierro atroz, de las alcachofas. Me dice: «he intentado hacerlas en casa, pero no me han salido». Cociéndolas y en la sartén. Tal vez debiera ser un golpe de horno. En El Pimiento Verde.

Grúas en la Gran Vía

martes, 1 febrero 2011

La Benigna

domingo, 28 noviembre 2010

Norberto explica la historia de los arroces levantinos en inglés o castellano. Pide silencio para que pueda tocar la guitarra. Llena su pared con todos los soportes habidos para los arroces secos, melosos y caldosos.  Pasa sus frascos con arroces ahumados, con las picaduras que emplea para dar el aroma final a los arroces. El comensal atiende obnubilado casi pensando que está en un lugar secreto, un lugar donde no se puede abrir la puerta y hay que golpear con fuerza el portón de madera que lo protege. Al final, el arroz tiene una altura de milímetros y el socarrat perfecto: huele y sabe a sierra. Era la promesa.

La Avispa muerta

domingo, 28 noviembre 2010

Donde ahora dan belleza y condimentos para el pelo, antes había libros de teatro: deben estar ahora en la red. Era, salvo error u omisión, la única librería teatral que habitaba la capital del Imperio. Y era punto de encuentro de cómicos y sus literatos. Allá pude obtener el Yo, Martín Lutero de Ricardo López-Aranda, a la sazón padre de Verónica, inencontrable en cualquier otro lugar. Aquí sigue residiendo en alguna esquina de las estanterías en este tiempo en que los libros empiezan a parecer objetos pesados, incómodos para trabajar y demasiado ocupantes de espacio. No es la única librería que muere – que morirá – pero ser hijo del papel entraña siempre un punto de melancolía aún cuando ya no sé vivir en ese mundo. Mucho más cuando tiene un habitáculo en espacios de las neuronas que sólo pueden entender las vivencias de uno, ese campo para escribir memorias.

Erramundo revamped

viernes, 12 noviembre 2010

No es fútbol, realmente son bombones

viernes, 17 septiembre 2010
Voy a La Bombonera siguiendo órdenes indianas. Versvs jura que son los mejores bombones de Madrid, yo seré más gallego: ¿de qué tipo? Pero cumplo las instrucciones y me presento mencionando a mis mentores y pidiendo los de genjibre con no sé qué, que están mortales. En la interacción terminamos de cagarnos en el gobierno, el estado y la madre que los parió y declárandonos objetores fiscales. Pagados los emolumentos, soy invitado a llevarme el libro que quiera. Sí, el que quiera. «Somos amantes del book-crossing». Así que me llevo a Haruki Murakami para cerrar el círculo e invitar a Gemística a que retorne por el barrio y se detenga derrita ante los bombones.

Madrid lúgrube desde el Círculo

viernes, 17 septiembre 2010

¿Qué verbo hay para explicar que se te pasó la turbación?

domingo, 7 diciembre 2008

En La Turba tienen una carta breve de coctelería bien elaborada, fuera de lo usual. Le digo a su dueño que no es frecuente en Madrid tener copas servidas apropiadamente, con su vidrio adecuado, con una combinación de licores, hielos y aditamentos que hagan de la bebida un acto paladeable y una motivación precisa para visitar el local. O para degustar además de conversar y flirtear. Cuatro cosas de tequila José Cuervo mediante. El mío tiene, si no recuerdo mal, fruta de la pasión, era naranja y tenía un fragmento finísimo de su piel inundándome la nariz. Si hubo un momento en que nuestras mentes estuvieron turbadas, ahora tendría que encontrar el verbo que manifestara el proceso de deconstrucción de la turbación. Final Feliz.

Momo

domingo, 19 octubre 2008
Sostengo frente a Begoña que La Historia Interminable es un abominable refrito de El Señor de los Anillos y Alicia en el País de las Maravillas con algunos aditamentos de otros clásicos. Tan abominable que jamás me entretuve en indagar lo que Momo es o representa. Pero este Momo abrió tres calles más allá, y era baratísimo y orginalísimo. ¿Hace casi una década de eso? Era un comedor de menú con ciencia, gusto y curiosidad culinaria, siempre con sorpresa. Dejó el aspecto de comedor de día para hacerse más recoleto en Libertad. Elijo una hamburguesa de bonito en vez del pavo al curry y acierto. El magret está también bueno, pero Begoña se encontró la perla: un tartar de salmón con un ajoblanco que porta unas ramitas de eneldo. ¿Estará Carrol tras el espejo?

Luna Roja

jueves, 9 octubre 2008
Comemos con Andy Ramos. No es tertulia de comedores que saborean, es tertulia de tecnología y anécdotas de la televisión. Pero los entremeses de verduras de Luna Rossa no fallan: ¿es antipasti el nombre correcto? Dice mi padre que lo sorprendente de España es que es el único país del mundo donde los restaurantes italianos no los abren italianos. Estos lunáticos siempre fueron italianos, aunque el servicio tiene un inequívoco aspecto eslavo. Pasa ya mucho tiempo desde su fundación, pasan también jefes de mesa y asistentes, y son capaces de conseguir algo realmente muy difícil: que la comida siempre sepa bien y que el personal siempre sea frío, distante y casi antipático.
Me tomo unos spaghetti hechos en papillote, de cuyo nombre no puedo acordarme, pero del excelente punto de la pasta, sí (al dente, de verdad). De los mariscos hechos en su jugo, tampoco me olvido. Se toman su tiempo: creo que es porque se cocina. Es fácil encontrarlo, es la esquina de Luna con San Bernardo y Google lo tiene todo.

Con El Rey de los Tallarines

viernes, 3 octubre 2008

Le cuento a Ojeda acerca de un restaurante demente: la antología del kitsch, la recuperación de lo almodovariano como un flash-back de los ochenta. Mesas con cubierta de vidrio y fondo de gresite, mosaicos de palmeras y azules intensos como el fondo de una piscina. Acaba de llegar de Pekín. Llama a los camareros por su nombre en mandarín y pide su TsingTao en algo que parece chino. Tomamos una ensalada thai de fideos de arroz anunciada como picantísima, pero que sólo sugiere un temblor y sabe muy refrescante. Dim Sum para agotarnos («¿saben como allá?», mueve la cabeza afirmativamente), y tallarines, claro, con gambas y verduras.

Si lo buscan, lo encuentran en la calle San Bernardino de aquí, de la capital del imperio (oh, Garci, tú si que retratabas bien Madrid en el cine).